En "Espejos. El camino incierto al País de las Maravillas" la pintura, el comic, la literatura, el video-documental, la ficción, la fotografía e incluso la arquitectura funcionan como herramientas de intervención que revelan y denuncian las incomodidades y zonas oscuras de los procesos políticos nacionales e internacionales. En palabras de sus coordinadores, "Espejos…" es la metáfora que permite asumirnos como refractores-proyectores de imágenes, analogías de los procesos sociales y políticos que nos rodean. La muestra se concibe como una invitación para que artistas y espectadores se adentren en un territorio (recorrido por la historia) de reflexión lúdica que busca desacralizar el que fuera un espacio de encierro y muerte. La obra combina trabajos de Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Israel, Palestina, Holanda, Rusia, España, Slovenia en manos de los artistas: León Ferrari, Alejandra Fenochio, Azul Blaseotto, Carlos Trilnick, Chto Delat?, Daniel Murgel, Democracia, Diego Perrotta, Eduardo Molinari, )el asunto(, Ezequiel Monteros, Ezequiel Verona, Fabián Crespi, Hernán Cardinale, Iconoclasistas, Jenny Wolka, Juan Carlos Romero, Khaled Jarrar, Leopoldo Tiseira, Matthijs de Bruijne, NSK, Sebastián Díaz Morales, Sergio Lamanna, Cooperativa Sub, Victor Hugo Bravo, Yael Bartana y Yaya Firpo.
A través del recorrido que indaga tanto en las tensiones de la política y la historia reciente, como en las teorías de poder, la complejidad de los Estados modernos y la problemática de un espacio como la ex ESMA, el público puede interactuar con los objetos, escuchar música, ver videos, dibujar sobre un pizarrón sobre el mapa de Argentina y hasta desplegar las alas de un simil "pájaro-bomba" ubicado sobre las instalaciones de la sala. La obra incluye una obra de teatro, ensayo sobre el vínculo entre violencia y teatro -"Didascalia" de Pablo Zukerfeld- que se representó en numerosas oportunidades desde la inauguración de la muestra el 2 de junio. El sábado 4, además, las editoriales )el asunto( y Milena Caserola presentarán los ejemplares de "Libro vivo", compilación de poemas que comenzó con una lectura a viva voz en el espacio de la muestra, prosiguió con el envío de textos por mail y concluyó con la edición de los volúmenes. Siembre bajo la premisa de no tener intermediarios entre el artista y el público.
Por su parte, "21-105" de Diego Cirulli se compone de 21 retratos de mujeres que dieron a luz en cautiverio en el Centro Clandestino que funcionó en la ESMA durante la última dictadura militar. La muestra hace foco tanto en esas madres como en los niños recuperados y los que aún no conocen su identidad. Para realizar su trabajo, Cirulli indagó en las bases de datos de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo y del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti. La propuesta se enmarca (y dinamiza) dentro de la lógica de un archivo abierto que debe seguir creciendo a través de nuevos aportes. La obra de Cirulli enfatiza el trabajo que resta por hacer a partir de la infalibilidad de los números. Esta muestra se completa con el montaje de un cubo de madera donde se encuentran imágenes que representan a las 105 identidades recuperadas, sobre un total estimado en 500 menores apropiados.
Por último, en la intervención – llevada a cabo en la sala Dos Paredes- "Con el viento en los oídos" Jimena Croceri y Viviana Blanco han abierto un diálogo poético a través del trabajo en simultáneo con el espacio. La reflexión política sobre las condiciones de supervivencia de los artistas y la mirada sobre la producción del otro como motor creativo se convierten en los ejes de estas obras: el arte es una labor colectiva. La sala Dos Paredes se plantea como un lugar físico y a la vez como título del ciclo que convoca a diferentes artistas a realizar intervenciones específicas, con la intención de poner en tensión diversas poéticas y prácticas contemporáneas.