El Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti convocó a un grupo de artistas e intelectuales incluidos en las listas negras que aparecieron recientemente en el edificio Cóndor de las Fuerzas Armadas para recordar los tiempos de la dictadura, reflexionar sobre la censura y reivindicar la democracia y el arte como herramienta de transformación.
El anfitrión del encuentro fue Eduardo Jozami, director del Centro Cultural, quien celebró la posibilidad de "hablar de ese pasado" y de reunir en un mismo lugar "a todos aquellos que comparten principios básicos de la democracia más allá de algunas diferencias." Y agregó: "Este encuentro es un estímulo para seguir recordando la lucha de los '60 y '70 y seguir trabajando. Nuestra tarea -además de recordar y juzgar- es la de seguir haciendo historia de la cultura argentina." A continuación, siguiendo una dinámica "descontracturada", de micrófono abierto, Miguel Ángel Estrella interpretó "en honor a los 30 años de democracia que nunca habíamos vivido antes" una pieza de Chopin a quien calificó como "un patriota polaco".
Marilina Ross cantó la chacarera "Nunca más" a capela entre algunos aplausos rítmicos del público. A lo largo de la velada fueron realizando sus intervenciones algunos de las personalidades que figuraron en las "listas": Irma Roy, Eva Giberti, Marta Bianchi, Luis Brandoni, Jorge Bernetti, Jorge Lewinger, Noé Jitrik, Ricardo Halac, Alberto Fernández de Rosa, Jorge Rivera López, Alberto Carlino, Norberto Ciaravino y Juan Carlos "Tata" Cedrón". Entre las figuras que también estuvieron presentes y tomaron la palabra se encontraba Lita Boitano, David Blaustein y Oscar Moreno. Martín Fresneda (Secretario de Derechos Humanos de la Nación), Víctor Heredia y Carlos Gorostiza, entre otros, hicieron llegar sus adhesiones.
"No me importa tanto el relato. Nosotros nos adelantamos a las listas negras. Esto había empezado en el 74 y algunos de nosotros luchamos para que no existieran. Golpeamos puertas, nos fuimos, volvimos. Estoy reconfortado de estar acá" expresó el actor y ex dirigente gremial Luis Brandoni, uno de los primeros invitados a hablar. Alberto Fernández de Rosa caracterizó a las listas desde su costado absurdo: "muchos me preguntaron por qué mi nombre está en las listas y no sé qué contestar. ¿Cómo dar razón de lo irracional? Si le diéramos una razón al hecho de estar allí le daríamos un contenido a ese vacío." Y luego se refirió al retorno de aquella época hacia el presente "ese pasado da vuelta como un fantasma. Estar en un sitio como este [la ex ESMA] es soplarlo para hacerlo desaparecer."
Además de una instancia para compartir anécdotas y encontrarse con el otro, en algunos casos las intervenciones funcionaron como una autolegitimación ideológica: la pertenencia a esas listas como un orgullo personal. En esta línea, el poeta y crítico literario Noé Jitrik ironizó: "a mí me pusieron el rotulo de actor, será porque he fingido siempre. Si me pusieron en la lista es porque me estaban mirando y eso implica que al menos te respetaban como enemigo." El lugar que se ocupó en el pasado se enunció como una ética para interpelar el presente: un sitio desde donde poder construirse en el campo político/ artístico.
El encuentro en la ex ESMA marcó un territorio, el de la amplitud y la neutralización de las diferencias políticas justamente por la posibilidad de hacerlas visibles. Un espacio de contrapunto para cuentas no saldadas. Tal vez una catarsis colectiva.
Como cierre de una conmovedora jornada llena de encuentro y solidaridad el "Tata" Cedrón despidió la noche juntando la intensidad de sus acordes con unos versos exiliados de su amigo Julio Cortázar.