NOTAS / SEPTIEMBRE 2014
Escenas Iluminadas de la Memoria (Edición II)
Muestra de instalaciones

Escenas iluminadas de la memoria, en el Conti

La segunda edición de la muestra de instalaciones Escenas Iluminadas, organizada en conjunto con la Universidad de Tres de Febrero, continuará hasta mediados de noviembre en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti.

El ruido incesante del teléfono que suena en una oficina desvencijada, con papeles, libros, guías telefónicas, cassettes, sillas, botas, zapatillas y cuadros desparramados en el piso. La puerta corrida de su marco. Huellas de un allanamiento. La obra, que lleva como nombre la fecha que marcó aquel lugar para siempre (“26 de abril del 76, 20 hs”) es de Héctor y Pablo Calmet.

Desde allí comienza el relato del secuestro. "Me gritan: No vas a poner más bombas terrorista de mierda. Cuando se abre el baúl del Falcon me doy cuenta de que estoy en la ESMA. Comienzan a picanearme y a hacerme preguntas. A los dos días me traen a mi mujer e hijas y me amenazan con violarlas. Para liberarme, me obligan a dar una conferencia de prensa en Madrid para anunciar la ruptura de Montoneros. En septiembre de 1977 me liberan junto a mi familia".

A su lado, rodeada de objetos rotos, comienza a dar testimonio la actriz que interpreta a su mujer, que cuenta que un día, desde el baño del centro de detención, se subió a la tapa del inodoro y desde allí vio el río. Mientras enhebra los cordones a una bota, se lamenta por las dos compañeras que "quedaron allí" cuando a ella la llevaron a España a reencontrarse con Pablo, su esposo.

Las intervenciones teatrales por parte del equipo de "Sano Juicio" marcaron la inauguración de la muestra de instalaciones "Escenas Iluminadas de la Memoria", cuya segunda edición comenzó el sábado 20 de septiembre y va a continuar hasta mediados de noviembre.

En el primer piso del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, junto a la Sala 3 de Artes Visuales, instalaciones escenográficas comparten un espacio con la particularidad de lo individual y la fuerza de lo colectivo.

Durante la apertura al público el coordinador de Teatro del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, Javier Margulis, saludó el inicio de la segunda etapa de Escenas Iluminadas y anticipó que los espacios serían "intervenidos en escenas".

"Hace tiempo que pensábamos que debía volver Escenas Iluminadas, que la experiencia [que inició en 2011] debía continuarse. Es un puente entre el Teatro y las Artes Visuales que está en el marco de la complejización de las tareas que encara el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti: no es sólo un lugar donde se presentan espectáculos, sino se programa, se dialoga con los artistas", afirmó Eduardo Jozami, director del Centro Cultural.

Minutos después, otro actor se plantaba en la instalación "No Luz" de Oria Puppo y narraba: "Soy Mario, soy físico, me secuestraron en marzo de 1977, hasta 1979. Estuve en varios centros clandestinos. Y estuve allá [señala con el brazo] en Capuchita. Por mi condición de físico me daban instrumentos para arreglar. Un día apareció 'Colores' y me pidió que arregle una picana, me negué y al rato estaba escuchando gritos desgarradores de los compañeros que salían de la sala de tortura, que los hacían pasar por el taller donde trabajaba para que los viera”.

La historia es la del físico Mario Villani, que estuvo detenido-desaparecido durante tres años y ocho meses y pasó por cinco centros clandestinos, entre ellos la ESMA.

“La tortura física no es lo peor, lo peor es no saber si al día siguiente vas a vivir o no, el estar agradecido a ellos porque te dejan vivir”, asegura que el actor que interpreta a Villani.

Más allá, en una esquina del espacio, se erige una obra “sin título” compuesta por Mariana Tirante (escenógrafa) y Nora Lezano (fotógrafa) que recrea algo de lo que es hoy la ESMA. En el texto que acompaña la muestra las autoras señalan los “árboles, autos escondidos detrás de portones, persianas de plástico”. Allí una de las actrices de “Sano juicio” grita a viva voz “Graciela dio a luz. Un gringuito de ojos claros”. Una nena, que llegó hasta el Conti con su familia, le pregunta a su mamá: ‘¿qué es eso?”. La mamá le habla de un nene rubio. En ese mismo espacio, otra mujer interpreta a Pablo Miguens, secuestrado a los 14 años junto a la pareja de su mamá y trasladado a la ESMA.

“Soy alto y flaquito. Tengo 14 pero parezco de 12. El 12 de mayo de 1977, junto a Jorge, el marido de mi mamá, fuimos secuestrados. Nos llevaron a Vesubio. Lo primero que se ve cuando llegas es la Enfermería, las cruces esvásticas y se escuchan los gritos de ‘Viva Videla’. Me parece que crecí y ya vi mucho. Podrían mandarme con mi papá. Los miércoles hay traslados y hoy es miércoles...”.

En el otro extremo de la sala, otra obra “sin título” de Alejandra Polito recrea pelos en la pared. Allí una actriz de “Sano juicio”, en su intervención, se preguntaba: ¿a dónde llevaron a mi mamá a dar a luz? Y la respuesta: “A la cocina de la comisaría”.

El espacio Escenas Iluminadas se completa con las obras “En territorio”, de Alejandro Mateo (escenógrafo) y Jorge Ferro (iluminador), donde se acumulan cajones y puertas desparramadas por el piso y papeles desordenados, “Los velos de la memoria”, de Carlos Anselmo Di Pasquo (escenógrafo) y Fernando Díaz (iluminador), telas blancas colgadas en forma irregular; “Oxígeno”, de René Diviú (escenógrafo) y Leandra Rodríguez (iluminadora) una propuesta emplazada contra la ventana en la que la luz natural se refleja en las chapas sobre las que cuelga ropa blanca y negra. Sobre la madera, inclinada, se apoya una silla roja y un par de zapatos negros. A pocos metros se emplaza “En su propio bunker”, de Marcelo Salvioli (escenógrafo), que plantea la oposición entre la rigidez de un bunker de cemento y un bosque que germina en su interior; y una puesta “sín título” con muñecos de goma y soldaditos iluminada desde afuera de Norberto Laino (escenógrafo) y Marco Pastorino (iluminador).

“Escenas Iluminadas de la Memoria” se puede visitar, hasta mediados de noviembre, de martes a domingos y feriados en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, Av. Libertador 8151. La entrada es libre y gratuita.