La versión personal de Alberto Wainer sobre El corazón de las tinieblas no pone término al horror histórico y por tanto tampoco nos dispensa de hacernos la pregunta moral que nos plantea Conrad. Lejos de acotar el horror en tiempo y espacio, lo desparrama como un hecho atemporal e intrínseco al ser humano. Se realizaron dos funciones, el sábado 22 y el domingo 23 de noviembre.