La Compañía Federal de Danzas construye su poética a partir de la esencia y el carácter de las danzas folclóricas argentinas entendiéndolas como un espacio de formación y experimentación para crear un discurso identitario e interdisciplinario donde se relacionan diferentes lenguajes kinéticos, enriquecidos por el aporte de distintos dispositivos escénicos.
Sentida copla utiliza como punto de partida una finísima selección de música folclórica popular contemporánea que genera disparadores creativos de movimiento, sensaciones y sentimientos. El contenido estilístico de las coplas, que denota un compromiso con el contexto socio-cultural actual, es el puntapié que permite a los cuerpos reafirmar su mensaje. “Cuerpos que hablan” y expresan: el sometimiento, la palabra silenciada, la palabra que le obligan a callar; la pérdida de la identidad y de la libertad; la desigualdad de oportunidades, la frustración y el desamparo ante las puertas que se cierran; ante el dolor de la soledad.
El sistema en que vivimos reproduce su orden de explotación y esparce su veneno hasta en las escalas más cotidianas: el trabajo, la familia, el barrio, los amigos. El poder desenfrenado es ejercido por cualquier persona que cree tener las herramientas necesarias para someternos directa o indirectamente. Pero el hombre no renuncia a su interminable búsqueda por sentirse pleno, libre y feliz. El futuro de un amanecer distinto renace en la posibilidad de encontrarse con el otro, de reconocerlo como compañero de aquel dolor, pero también del sueño y la esperanza inquebrantable de aquellos que no se rinden.
“… podría elegir más canciones que digan lo que no debo, podría solo golpear la mesa con el puño cerrado, podría callar hasta asfixiarme y dejar morir mil palabras en mi boca. Pero elijo levantarme y hacer latir la tierra con mis pies, elijo mirar de frente y encontrarme con lo que otros no quieren ver, abrazar aquel dolor ajeno que también es mío y es nuestro” (María O.)