Utilizando la serie Manos Anónimas como partitura gestual y de movimiento, se presenta el dúo víctima/victimario en un relato sin fin. Captura, rapto, vejación, tortura, asesinato se presentan como diferentes secciones de una acción completa que se repite continuamente.
Interpretado por integrantes del Laboratorio de Montaje de Teatro Físico de Yamil Ostrovsky.
La serie Manos Anónimas, del artista plástico Carlos Alonso, está constituida por 37 obras, en su mayoría compuesta por dibujos, realizados en lápiz y pastel al óleo, correspondientes al periodo entre 1981 y 1991.
Una obra de esta serie pertenece a la colección permanente del H. Conti.
La serie alude al período más sanguinario de la historia argentina. Está sensiblemente enmarcada en los horrores de la última dictadura (1976-1982).
La serie está repleta de fulgores monstruosos que expresan horror y sadismo, fragilidad y dolor.
En la serie “Manos Anónimas” la memoria juega un papel preponderante. No sólo recupera los hechos aberrantes de la dictadura, parte viva de la memoria colectiva del país, también los exhibe de la manera más descarnada y brutal, como si en ello depositara su subjetividad herida, con el afán de desenterrar lo ominoso, lo que respira a modo de trauma bajo las capas del recuerdo propio. De ahí que la obra denote una estrecha relación entre memoria colectiva y subjetividad.