Casandra da Cunha nos transporta con piano y voz a su ámbito poético sonoro, donde habitan sus fieras malignas y flores extrañas. Una vez allí, Ivana Zacharskii y Yuko Artak despliegan las tropas sediciosas de sus cuerpos, al servicio de un ataque formalista al tiempo, y al espacio cedido a una selección de líneas hirientes de Kafka, Olga Orozco y Alfonsina Storni, pariendo en plena escena las bichas que llevan la hondura expresiva de una herencia teatral desquiciada.
Les convocamos entonces a convertirse en víctimas de esta ráfaga errante, muñida de sentidos a niveles que la realidad desconoce...