Tras el Juicio a las Juntas en 1985, los esfuerzos judiciales se vieron paralizados por las leyes de impunidad. Durante décadas, el movimiento de derechos humanos fue creando estrategias de comunicación creativas contra el olvido y el silencio, manteniendo activa la demanda de justicia.
Ya en plena dictadura, Madres, Abuelas, Familiares y el CELS, junto a organizaciones previas como la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, el Serpaj, la APDH y el MEDH, habÃan conformado el núcleo inicial de una red que fue expandiéndose en el tiempo, en contacto directo con organizaciones sindicales, polÃticas, estudiantiles y sociales.
La irrupción de H.I.J.O.S. con el escrache, a fines de los '90, desencadenó un despliegue comunicacional de gran originalidad que cambió las percepciones y abrió nuevas posibilidades. Desde el comienzo de la oleada de juicios de lesa humanidad, muchos de sus instrumentos fueron adaptados para la comunicación de las causas. Hoy siguen creándose herramientas nuevas.
En las audiencias se asiste a la sÃntesis de una suma de confrontaciones: las que ocurren en el mismo escenario judicial y las que suceden afuera, en las escuelas y en el trabajo, en los medios de comunicación, en las paredes, discusiones y debates, atravesando todas las identidades.
Las comunidades de comunicación que se forman en cada juicio, se ocupan también del desarrollo de las causas, sus obstáculos y atrasos: artimañas que revelan el entramado de complicidades que hicieron posible el genocidio y la planificación de la miseria.
Aquà compartimos algunas de las herramientas que se han usado en nuestro paÃs para construir comunicación sobre los juicios de lesa humanidad.
Con ellas, se logra transformar las salas judiciales en cajas de resonancia para la toma de conciencia sobre lo ocurrido y sus efectos en el presente. Para que podamos, en suma, pensar nuevas formas de enfrentar la injusticia y la impunidad.