Solemos mirar La Ilíada y La Odisea con distancia y reverencia, como si fueran las columnas que sostienen una idea de cultura occidental. Son obras fundamentales y monumentales, nos decimos, proyectándoles una una solemnidad que nos alejan e intimidan. Más que columnas de mármol, estos poemas respiran como selva. Más que una autoridad severa, canónica y soporífera, homero es el clímax de un coro y estos poemas, un milhojas de voces extrañas que transformaron su arcilla hasta llegar a su última versión. La poeta Alice Oswald dice que se ha elogiado a la Ilíada y la Odisea por su “nobleza”. Pero los críticos antiguos alabaron su enargeia, que significa algo como brillante, insoportable realidad. Es la palabra para cuando los dioses vienen a la tierra no disfrazados sino como ellos mismos. Este taller busca recuperar esa realidad de ambos poemas, su resplandor difícil, como si levantáramos el techo de una iglesia para recordar qué es lo que está venerando.
El objetivo es compartir una pasión con quienes hayan leído a Homero o deseen hacerlo por primera vez. Vamos a raspar la costra de solemnidad para entrar en contacto con la vividez desgarradora, la extrañeza y la urgencia fascinante de estos dos poemas. Para eso, la conferencia ofrecerá un contexto histórico para entender la singularidad de su distancia, un mapa estructural de ambos poemas, algunas herramientas accesibles del idioma del poema, y un pequeño corpus de textos, traducciones y producciones artísticas contemporáneas que nos abran nuevas maneras de actualizar y acercar a homero, mientras el tallerista se vuelve voz en off que acompaña una serie de proyecciones.