Realizada a partir de dos afiches de Romero que mantienen una trágica y brutal actualidad, esta intervención no sólo dialoga con las temáticas que propone el ciclo en su segunda parte, sino que construye un lugar donde las palabras marcan con violencia un límite. Un límite desde donde el espectador se pueda detener para reflexionar y enfrentar ese polvo ideológico travestido en formas del espectáculo que, parafraseando a Comolli, intenta hacernos creer lo opuesto de lo que es.
Cierre de la intervención gráfica La fuerza de una idea. Juan Carlos Romero
Con María Ester Galera, Eduardo Grüner y Gerardo Yoel
Hace unos pocos días, casi 58 millones de brasileros eligieron un presidente que reivindica la dictadura militar y la tortura, que dice en campaña que si un hijo suyo fuese homosexual “lo mataría”, que “los negros no sirven ni para procrear” y que “las mujeres feas no merecen ser violadas”.
Es, en este contexto, que los contenidos de los afiches de Juan Carlos Romero que intervienen el Microcine Raymundo Gleyzer, “Ahora todos somos negros” y “YO ACUSO. Un país donde se tolera que una persona agonice en medio de la tortura, es un país condenado”, adquieren una dramática urgencia.
Nos proponemos, entonces, como cierre de La Fuerza de una idea reflexionar sobre el por qué del resurgimiento de los nuevos fascismos y con ellos de la consigna ¡Viva la muerte!, así como convocar a los presentes al término de este encuentro a una intervención gráfica en el espacio público.