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Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti

Colección del Conti

Marcia Schvartz / El río es nuestra sangre. Nuestro río es de sangre

Marcia Schvartz

El río es nuestra sangre. Nuestro río es de sangre (1999)

Serigrafía. 8 piezas de 80 x 120 cm c/u

Colección del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti desde 2011

Artista argentina nacida en 1955 en Buenos Aires, ingresó en la Escuela Municipal de Bellas Artes “Manuel Belgrano” en 1970. Asimismo, asistió al taller de Aída Carballo, Jorge Demirjián y Luis Felipe Noé. Además, tuvo la oportunidad de viajar por Latinoamérica. En 1976 tuvo que exiliarse por lo que se instaló en Barcelona, donde realizó títeres y presentó alguna muestra individual. Allí estudió litografía en la Escuela de Artes y Oficios. A principios de los 80 regresó a Argentina, donde colaboró en grupos de teatro under,realizando vestuarios, escenografías y máscaras. Además, pudo exponer su obra en ArteMúltiple(1981). En 1982 expuso en la Galería Alberto Elía, así como se conectó con la movida del Parakultural y del Café Einstein. Además, se presentó en el Premio Braque y obtuvo una mención en la Bienal Fundación Arché. Ya instalada la democracia, participó en muestras colectivas como “No quiero grises” y “Ex - presiones”, junto con varios artistas jóvenes como Guillermo Kuitca, Luis Frangella, Diana Aisenberg, entre otros.

El inicio de su producción artística estuvo caracterizado por los paisajes barriales de Buenos Aires, en donde pudo representar los distintos espacios de encuentro y charlas de los sectores populares, así como los ritos urbanos y los caracteres psicológicos. Realizó una especie de galería social en donde caracterizó a los distintos personajes marginados o desclasados de la ciudad (“Morochos urbanos”). Entre 1976 y 1977 destacaron sus obras “Rama femenina” y “La Salada”, ya que fueron muy representativas de la época de aquel momento. Schvartz representa a estos personajes de forma grotesca, realizando acciones cotidianas, en los arrabales o suburbios de la ciudad.

La producción artística de Schvartz, tanto en Buenos Aires como en Barcelona, trascendía lo plástico, para representardesde una mirada mordaz y provocadora, un marco sociológico a través de los detalles, el empleo del color o la propia factura del dibujo. La figura humana se convierte en su obra en el centro de atención, ya sea un retrato o la representación de un cuerpo entero. En ocasiones, plasma al individuo desnudo, como en “De mañana” (1983), aunque también puede hacerlo totalmente vestido (“Dios nos proteja”, 1983) o fragmentado, como en la serie serigráfica que conforma la Colección del CCMH Conti, “El río es nuestra sangre, nuestro río es de sangre” (1999), en la que tan solo aparecen distintas partes del cuerpo humano (cabezas o pies). A Schvartz le interesó representar la realidad que la rodeaba, tal cual ella la percibía. Sin embargo, además de su fascinación por lo urbano, también se inclinó por lo natural, pintando cuerpos femeninos desnudos en paisajes rodeados de plantas, ríos o arena.

Asimismo, más adelante se interesó por la representación de la naturaleza y los distintos paisajes de Argentina, así como los cactus, elemento que se repitió en su obra de fines de los 80’. Los representa con fuertes contrastes de colores y un gesto en el dibujo muy marcado que ocupa toda la tela.

Entre los premios y distinciones que recibió, destacan el Premio de la Asociación de Críticos de Arte (1989) y el Primer Premio del Salón Municipal de Artes Plásticas Manuel Belgrano (1992), entre otros. Asimismo, participó en varias bienales como en la II Bienal de Pintura Contemporánea de Barcelona (1980), así como en la I Bienal de Pintura de La Habana, Cuba (1984).