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Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti

Sus cartas

Cartas de Haroldo a Roberto Fernández Retamar

(1973)

A Fernández Retamar*

Querido compañero:

Hace tiempo que no tengo noticias de ustedes. Es probable que ustedes aún tengan menos de mí. Aprovecho el viaje de Noé para escribir apresuradamente estas líneas y llenar ese vacío en la forma más rápida posible. Estuve 9 meses ausente de Baires escribiendo una novela que terminé en ese corto tiempo y que ya salió para España. Si nos ponemos de acuerdo con Lara, de Planeta, sale en unos meses. Es algo distinto a cuanto hice y en ella influye de alguna manera todo lo que vino después de Cuba, que me abrió los ojos a América. No sé qué tal salió. Los gallegos están entusiasmados. Yo sólo puedo decirte que es la única novela que escribí con alegría y que me dejó realmente satisfecho. Como era de esperar, después de ese esfuerzo descomunal quedé vacío. Tuve que volver a este puto Buenos Aires y hacer frente a una serie de problemas que quedaron demorados. Concreté mi separación, algo muy doloroso y de lo que no me recupero. Hace un par de días encaré una operación que iba postergando y que, ya superada, me tiene algo dolorido. Pero ahí no acaba la cosa. Tendrás ya noticias de la embestida de la derecha del peronismo. Lo que siempre supuse se cumple paso a paso. La derecha, falta de apoyo popular, apoyándose nada más que en la represión, repliega las armas y juega su última carta: Perón. Ahora tiene las armas y 7 millones de votos. Perón no ha cambiado. Mi triste satisfacción es comprobar que yo no estaba equivocado. Durante 18 años esperé este momento. No sé si llegó a ustedes el bando de guerra promulgado por el propio Perón donde proclama la lucha sin cuartel al marxismo. Que tres días antes el Partido Comunista volcara su apoyo a la fórmula Perón-Perón no debe sorprender a nadie. Casi toda la izquierda se tiró de cabeza a eso pensando obligar a Perón a deshacerse de la derecha, cuando él mismo encarna a esa fracción y se supone que se acuesta con ella. Por lo menos de oficio. Pero esa izquierda petulante, por empezar, nunca tomó en cuenta la historia. La omite o sencillamente la ignora. Ayer, otro dato, el llamado gobierno popular que encabeza, con fuerte apoyo de los industriales que el 25 de mayo pensaron que el mundo se les venía abajo, el trabajador más rico del mundo y el descamisado que viste mejor prohibió todos los actos en homenaje al Che, esa enorme figura que por una burla trágica se nos pasa de largo justamente a nosotros, sus compatriotas. Abrevio. Las bandas armadas de la mafia peronista tienen piedra libre. Acabo de enterarme por una persona de mi amistad corrió su riesgo para informarme que en una orden que se distribuye entre los comandos de asalto hay una lista de unas 30 personas a liquidar. Yo figuro entre las primeras. Otro es Rodolfo Mattarollo, director de Nuevo Hombre, abogado defensor de presos políticos, entrañable amigo de quien les hablé más de una vez. [...]

Nada de esto me sorprende. Me complica un poco más la vida pues voy a tener que buscar la forma de sostenerme con algún trabajo solitario. Hermanos, en resumen estamos peor que nunca. Con un cerco de hierro en los límites y el enemigo dentro de la propia casa. Hace unos días 150 mil personas desfilaban hasta la embajada de Chile pidiendo armas, con la figura del Che a la cabeza. Fue emocionante. Ahora la policía acaba de requisar 18 mil afiches con la misma figura que iban a empapelar a Buenos Aires en su homenaje. Perón cumple.

Un abrazo (a medias, pues no puedo levantar los brazos, pero igualmente cálido). ¿Qué tal los compañeros? ¡Cuánto los extraño!

Haroldo

2 de enero de 1976

Roberto, hermano:

Espero que esta carta llegue a tus manos en alguna forma y que algunos meses después llegue a las mías tu respuesta. Es increíble cómo la distancia nos separa. Este año que pasó casi no hemos tenido señales de vida de la Casa, salvo las formales. Yo sé que ustedes nos piensan más de una vez, y esa idea nos sostiene. Nosotros los pensamos casi a diario y necesitamos repetirnos constantemente que Cuba está ahí, en nuestra misma América, y que hay una porción de tierra liberada y ahí están nuestros hermanos.

Me dijo Marta que le dijo Gustavo Hernández, de la embajada, que según una carta de Beba yo daba por sentado que este año iba a La Habana. No sé de dónde salió eso pero juro que jamás se me cruzó por la cabeza. Para mí lo que decidan los compañeros está siempre bien porque se hace de acuerdo a los intereses de la Revolución. Así trabajamos aquí noche y día y esto nos salva del individualismo y las decisiones personales tan funestas a menudo. Por otra parte, mi mayor alegría es que viaje a allí gente nueva para que eso se conozca cada vez más. Sé lo bien que le hace a los compañeros y ojalá que pudiesen ir todos. Muchos se lo merecen y lo necesitan más que yo, inclusive para salvar sus vidas. Quiero que esto quede claro. En cuanto a la situación aquí, las cosas marchan de mal en peor. Me acaba de informar muy confidencialmente [...] [un amigo militar] que se espera un golpe sangriento para marzo. Inclusive los servicios de inteligencia calculan una cuota de 30 mil muertos. Esto coincide con las apreciaciones de nuestros compañeros que evalúan la situación constantemente. Desde el punto de vista de la lucha revolucionaria, el aumento de nuestras fuerzas es notable y la preparación magnífica. Ellos lo saben. Calculamos que los que van a sufrir el golpe serán los compañeros de superficie, los niveles medios que se mueven a dos aguas. Nosotros ya nos hemos mudado de casa, por imposición de los compañeros, pero eso no será suficiente. En este mismo momento las Fuerzas Armadas están haciendo un operativo rastrillo a pocas cuadras de aquí. Por otra parte nuestra casa, por lo amplia y desapercibida, sirve a menudo de refugio a compañeros que están con problemas. Ahora mismo habita aquí la hermana de un compañero que cayó los otros días en el ataque al Batallón 601 y hasta hace poco vivía uno de los muchachos del Libre Teatro Libre que huyó de Córdoba después de haber caído su departamento en un allanamiento que observó desde la calle, por suerte. Mi Sra, a pesar de su avanzado estado de gravidez, cumple una tarea agotadora de asistencia y atención por caídos y presos. Hay caídos a diario y esa gente necesita atención, mover a medio mundo para ubicarlos y luego que no los maten. Recién nos enteramos que una caída se salvará con 15 millones de pesos como coima y ayer tuvimos noticias de un compañero de Crisis que desapareció hace 15 días. Está vivo, aunque deshecho

Bueno, otra cosa, para no alargarme demasiado, hermano. Mascaró está prácticamente agotado. Tuvo gran éxito de lectores pero los diarios y revistas no hablan de él por razones políticas. Soy una especie de contagioso. Sé de algunos órganos donde hubo órdenes expresas de ignorarme. Es curioso recibir notas desde el exterior y no tener una sola en mi país. A propósito, me sería de utilidad recibir cuanto recorte haya de la Habana. Crisis reproduce lo que puede y se proyecta una campaña con ese material para la reedición en marzo.

A propósito de Crisis, que se vende muy bien y es lo único que sobrevive, Federico Vogelius, su director propietario, piensa realizar para marzo una gira por Latinoamérica. Naturalmente quisiera entrar en Cuba y establecer relaciones con la Casa para ediciones, etc. Si bien es un hombre rico, es progresista y ayuda mucho. Se puede contar con él ampliamente. No hace todo esto por dinero sino que le interesa apoyar toda actividad cultural. Me pide que vea si se puede arreglar su viaje a través de la Casa. Creo que importa.

Para terminar. Sudamericana saca un libro con colaboraciones de todo el mundo (Cortázar, García Márquez, etc.) cuyos beneficios serán dedicados a los presos políticos. Se vería con agrado y me piden que te pida una colaboración tuya (poesía, relato, lo que sea) y de ser posible la de algún otro notable (Guillén, Carpentier, etc.).

Te abraza

Haroldo

*Fernández Retamar, Roberto. Doctor en Filosofía y Letras (1954) y en Ciencias Filológicas (1985) de la Universidad de La Habana. Fundador de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y de la revista Unión (1962). En 1977 recibe el Premio Latinoamericano de Poesía Rubén Darío por Juana y otros poemas personales. Doctor Honoris Causa por la Universidad de Sofía, Bulgaria (1988), y por la Universidad de Buenos Aires, Argentina (1993), actualmente preside la revista Casa de las Américas y es profesor Emérito de la Universidad de La Habana.